El albor del silencio se extendió como un sueño
Entre nubes de paso ligero, tránsito milenario
que testimonia el sentido de cada ser, en el instante
Fueron entonces meras sensaciones, sutilezas apenas
Las que desplegaron el sentido de conciencia en el ahora
Cada instante, un eslabón de actualización, donde el tiempo
estallaba
Colisión de
expectativas, que se deshacen en la nada
Como un simple despertar de la ilusión
Más allá, el fuego se erigía como amo
Entre alabanzas y proezas del servil hombre
Miles de preguntas, dispersas entre confusiones agónicas
Vida y Muerte, como simples alegorías
de un anhelo lejano de existencia
Voces de angustia, que abrazan juntas el pesar
Indecisión que cubre el horizonte, tras la búsqueda prometida
Paso a paso, momento a momento
Se traza el designio oculto para la humanidad
De tal forma, vuela el ave y más allá fenece el anciano
Brama el apesadumbrado su dolor, del mismo modo que la alegría se esparce entre algarabías
De tal forma se libera un pueblo y ama la mujer sin miramientos
Enigmas, interlocutores de los Dioses tutelares que apremian nuestro ser
Nuestro acertijo: ¿el hábil Odiseo
o el apesadumbrado Edipo
¿Quién podrá responder la pregunta ignea?
Cada momento tiene su día, en cada hora su llegada
Por ello viajero prosigue tu camino y descifra los designios, entre vuelos de aves y cielos negros
Promesas de un porvenir que se iguala a espejismo
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