martes, 18 de noviembre de 2008

Cambio de Orden




Para felicidad de muchos, lo mío fue simplemente un sueño de amanecer. Más o menos a eso de las 08:30 horas iba en automóvil de compras al Supermercado ubicado en avenida Kennedy 9001 (esquina Padre Hurtado), Las Condes, Santiago.

Me asombró que sus estacionamientos estuvieran desocupados, guardias impedían el acceso motorizado. Una gran cantidad de personas llegaban hasta allí donde hacían una cola que aumentaba cada vez más.

Para estacionar manejé hasta la calle Mardoñal esquina trinidad, luego caminé para llegar al lugar, curioso de saber que pasaba. A pocos metros un hombre solo, de unos sesenta años, distinguido, miraba de forma burlesca a los que estaban cercanos, en formación.

Me dirigí a el: -Buenos días Sr. ¿qué hace esta gente aquí?-
¿Algún sorteo para viajar a Miami, Cancún, Isla de Pascua o quizás a Torres del Paine?-

Lacónico, respondió severamente: -Nada de eso-
¿Qué pasa entonces con tanta expectación reflejada en los rostros?- insistí-

¿No supo acaso lo que apareció hoy en diarios y televisión?
Para serle franco, no, -indiqué-

Bueno, resulta que a contar del 01 de octubre de este año, 2008, los perros serán los amos en la tierra.
¿Amos?,-sí, manifesté- El ser humano será reemplazado por los canes y nosotros pasaremos a segundo plano.

Créame le dije, aún no entiendo nada- ¿Y la gente hace fila? ¿Porqué?
Fácil Sr., están solicitando asilo para irse a otro país para huir de sus mascotas……

Muchos creen que habrá represalia, los han tratado mal, los han maltratado, los han tenido a ración de hambre, sin cariño alguno y a otros para peor, los han abandonado a la buena de Dios.

Y usted, -señalé-, ¿Ha tenido alguna vez un perro?, sí, tengo uno pero me he portado bien con el, Va clase de adiestramiento y obedece ciegamente mis mandatos…

O sea, es su esclavo, -expresé-, pobre animal. Pero en unos pocos días más se dará vuelta la tortilla, usted será el siervo y con el tiempo deberá obedecer religiosamente sus ladridos y lamer sus patas.

Antes de seguir conversando, partió raudo a la fila, sin despedirse ni dar las gracias.

Al retirarme y habiendo avanzado unos veinte metros, miré a mi amigo del momento. ¿Qué Hacía?, ¿Adivinan?, llamaba por celular a su esposa le decía: Vieja, Vieja, te espero para que pidas asilo…… ¿Qué?, -respondía esta-

No hagas preguntas. Toma inmediatamente el mercedes y ven a 200 por hora donde estoy, aquí en el Mall…..después te explico…..

A lo lejos, el parloteo de las personas aún no dejaba oír con tranquilidad el suave canto de las aves que observaba mientras volaban en el parque………

Autor: Ewald Gacitua G.

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