jueves, 30 de diciembre de 2010

Camino a los Fuegos Artificiales


La estrecha ruta imposibilitaba un tránsito expedito, en aquél momento habría preferido estar en su hogar y no en medio de semejante caravana de automóviles.

La expectación, noticias y ese incontrolable impulso de ver los “Fuegos Artificiales” habían terminado por calar hondo en su visión algo escéptica de tales espectáculos.

Sin embargo allí estaba, a minutos de la medianoche, a un kilómetro del mar y sin una panorámica que a lo menos le facilitará disfrutar del desarrollo del evento de fin de año.

En un momento los automóviles se detuvieron, el hizo lo mismo, alguien había sufrido un problema y eso condenaba su aventura al fracaso. Vio el reloj, la hora marcaba las 11:59,-nada que hacer- se dijo a si mismo.

Observó con atención y fijó su vista hacia el auto que lo enfrentaba, allí descubrió a una mujer en condiciones de cierta similitud con su estado y se animó a caminar hacia ella. Le ofreció amablemente una copa, luego procedió a buscar champaña y bebieron entretenidamente sin percatarse de las luces. ¿Para qué?, le dijo el al ser interrogado por ella, si ahora tengo una estrella a mi lado.

Ella sonrió y con la complicidad en sus ojos, mostró un rostro luminoso que resultaba prometedor para ese año nuevo que se iniciaba.

En aquella estrecha ruta del camino la vida parecía abrirse a nuevos espacios…….

Año Nuevo



El rumbo de su búsqueda se había intensificado luego del solticio y de los comentarios que hablaban de extraños eventos en oriente...

Caminó decidido hacia la puerta que se encontraba al final del pasillo, estaba seguro que en esta ocasión si lograría su objetivo.

Al traspasarla, leyó un cartel que pendía sobre una cubierta y decía: - Bienvenido, Feliz año Nuevo-. Supo de inmediato que al menos en esta ocasión no lograría escapar del laberinto que lo albergaba desde su nacimiento....

De esta forma, el Minotauro, bebió su Champaña y se dijo: "Un año más que más da"........

viernes, 24 de diciembre de 2010

Camino a Belén



-Estamos en la hora crucial-, señaló el jinete de origen africano.
Así es, - un momento esperado por muchos- agregó el acompañante oriental.
Entonces, ¿que esperamos para avanzar?, pregunto el occidental

-En marcha- clamaron los tres, avivando a sus bestias, pues estaban a menos de 10 kilómetros de su objetivo

Aún de madrugaba, el sol no despuntaba y la enigmática estrella demarcaba claramente la ruta en dirección al pequeño poblado de Belén.

Era tiempo de censo y los habitantes de la región se dirigían a cumplir con el dictamen del Imperio Romano. No obstante, lo que llevaba a esos tres hombres hacia dicha ciudad era algo totalmente distinto, un misterio para quienes los veían avanzar sin cesar, en las lomas de aquellas tierras.......

Mientras, en Belén, en un alejado establo y acompañados de variadas bestias un hombre y una joven mujer realizaban los preparativos para el parto mas significativo y trascendente de los últimos dos mil años.........

Los tres Reyes magos, como fueron reconocidos posteriormente se perdieron en lontanaza, cuando el sol emergía potente y traía consigo el inicio de un nuevo día para el poblado y la humanidad

miércoles, 22 de diciembre de 2010

A Propósito de Navidad



Aprovechando la cercanía de Navidad, dejo este fragmento de soliloquios de Belén en este lugar de encuentro, un mensaje pertinente y para no olvidar a la familia unida más allá de los eventos adversos.......


El Posadero

Aunque me hubiera quedado una habitación libre, desde luego no se la hubiera dado a esa pareja. Gente sospechosa. Han dicho que eran marido y mujer, pero yo no me chupo el dedo y a mí no me la pegan.

El es demasiado viejo y ella demasiado joven. Y como está encinta… Tal vez es el padre que la ha sacado de su pueblo para evitar el escándalo. Pero la mía es una posada honrada, y aquí no quiero partos clandestinos.

Por otra parte, no me parece que la trate como a una hija. Ese vejete la mira como si fuera una cosa santa y casi con reverencia. Acaso es un criado de confianza que ha cargado con este bonito trabajo… De todas maneras, su marido no es. Y ella, con ese aire inocente y casto como si no se avergonzase de nada… Y debe de estar en los últimos días. Ya te digo yo que las apariencias… ¡Fíate de las mujeres! Parece una virgen y está a punto de ser madre. ¡Hay que ver! Y luego, como si no bastara, huelen a miseria desde una legua. Y en mi casa no quiero pobres. Serían capaces de plantarse aquí durante un mes, con la excusa de la parturienta, y al final de todo oírles decir que no tienen bastante dinero para pagar la cuenta.

Si hubieran llegado con bonitos vestidos y con la bolsa llena acaso hubiera podido encontrar un rinconcito para ellos. El mozo podía haber ido a dormir a casa de sus hermanos durante algunas noches… Cuando el oro está de por medio todo se arregla. Pero con éstos no hay nada que hacer. Ella lleva un vestido cualquiera que yo me avergonzaría de dar a mi mujer, y él un manto liso que debe tener más años que quien lo lleva. Además, habría el peligro de que los gritos de ella y los lloros del niño molestaran a los otros viajeros. ¡Buena cosa encontrarse la posada vacía por culpa de dos vagabundos misteriosos! Aseguran que son galileos, pero el refrán dice que de Galilea nunca puede venir nada bueno.

¡He hecho bien en sacármelos de encima!

Un agujero en cualquier sitio lo encontrarán seguro antes que sea de noche.

Autor: Giovanni Papini

martes, 21 de diciembre de 2010

El Mal Hablar o Chile Actual




La expresión del lenguaje en Chile ha alcanzado niveles mínimos, dicha sentencia no es antojadiza y corresponde a la una realidad palpable diariamente.Así el Chile del presente manifiesta serias falencias al respecto y ya no es sólo prerrogativa de cierto sector sino que dicha situación se ha tornado extensiva trayendo un paisaje de precariedad, aridez y marginalidad en nuestra interrelación como sociedad.

A continuación, un inserto del académico Otto Dorr con su parecer y opinión:

La situación de la educación en Chile ha alcanzado niveles dramáticos, como lo afirmara el ministro Lavín hace algunos días.Los resultados tanto en las pruebas nacionales como internacionales han sido deplorables. Quiero recordar algunas cifras: apenas un 26% de los alumnos de 8º básico alcanzan un nivel suficiente en lenguaje y sólo un 13% en matemáticas (este nivel es llamado con el eufemismo “avanzado”); obtenemos sistemáticamente los últimos lugares en las pruebas internacionales Pisa y Timss; y quizás si lo más impresionante sea que el 84% de los alumnos que han ingresado a primer año de la Universidad de Chile no entienden lo que leen.

Los resultados de esta misma prueba de comprensión de lectura en los alumnos de primer año de la Universidad Católica fueron sólo algo mejores. Cabría preguntarse con preocupación lo que estará ocurriendo con los alumnos de las otras universidades, cuando las que hemos mencionado son las mejores de Chile.


¿Cuáles pueden ser las razones de este extraño fenómeno, puesto que no se condice con el nivel alcanzado por el país tanto en el plano económico como institucional? Se han dado muchas, y todas plausibles: el desprestigio de la carrera de profesor, los malos sueldos, el ingreso a las carreras de pedagogía con puntajes mínimos en la PSU, el proceso de municipalización impulsado por el gobierno militar, la pérdida del hábito de la lectura, etc. Yo agregaría a esta lista el imperio en nuestra sociedad de la televisión, que implica un dominio de la imagen sobre la palabra; la primera, efímera, mientras la segunda es secuencial, por estar en todo momento (el lenguaje) reteniendo el pasado y anticipando el futuro, es decir, superando la transitoriedad del tiempo y abriendo un acceso natural hacia la dimensión trascendente. Es el mundo de la palabra y de la música, curiosamente, y según la mitología, el legado que nos dejara al morir el semidiós Orfeo. Pienso, sin embargo, que hay una razón más profunda que explica la crisis del sistema educacional: la paulatina descomposición del lenguaje hablado.


Hace casi veinte años publiqué en estas mismas páginas un artículo titulado “El lenguaje degradado”, en el que manifestaba mi preocupación por la forma en que se venía deteriorando el uso del español en Chile: modulación defectuosa, falta de vocabulario, uso excesivo de muletillas y, lo que es peor, la invasión del habla cotidiana por groserías. Entonces este fenómeno afectaba fundamentalmente a los varones de todas las clases sociales, exceptuando el campesinado provinciano, algunos grupos académicos aislados y personas de edad muy avanzada. Se observaba también una incipiente extensión a las mujeres jóvenes. Hoy el fenómeno ha experimentado un proceso de generalización. Ya los niños de seis o siete años están hablando así, las jóvenes universitarias usan las mismas groserías que los hombres y cada día son más las personas mayores que hacen lo mismo. Sólo falta que las madres se dirijan en esa forma a sus bebés o que los sacerdotes empleen estas palabras en sus sermones. Esta forma de hablar consiste en lo esencial en que una palabreja, en un comienzo empleada como insulto, se ha transformado no sólo en sustantivo, verbo y adjetivo de uso indiscriminado, sino también en final obligado de cualquier frase. Ahora bien, como esta palabreja se acompaña regularmente de otras groserías basadas en contenidos anales y genitales, tenemos que el habla cotidiana del chileno se está aproximando a un tipo de lenguaje muy patológico, que en psiquiatría y neurología se denomina “coprolalia”, palabra que significa “lenguaje excrementicio”, propio de ciertas demencias secundarias a la destrucción de los lóbulos frontales del cerebro, los que constituyen justamente el sustrato biológico de la experiencia ética.


Por eso, no es tan inocente o divertida esta forma de hablar que impera en nuestro país, como parece pensar la mayoría, incluidas las autoridades, al no preocuparse al respecto. Debemos recordar que el lenguaje no es una función más del organismo humano, sino lo que nos define como especie. Fue ese salto evolutivo milagroso del acceso a la palabra, ocurrido hace alrededor de noventa mil años, el que ha permitido el desarrollo de la civilización y de la cultura, pero también la apertura del hombre a la dimensión espiritual y trascendente. Esa misma palabra que estamos ensuciando día a día ha sido cantada y reflexionada por poetas y filósofos desde antiguo. El Evangelio de San Juan empieza con esa tremenda afirmación: “En el principio era el Verbo”. Pablo Neruda nos dice: “… Todo está en la palabra…”; mientras el gran poeta alemán Stefan George proclama: “…No hay cosa alguna allí donde falta la palabra”. Heidegger, por su parte, ha transformado al lenguaje en un tema central de su meditación filosófica. Para él, la palabra es “la morada del ser” y también “la fuerza que une los cuatro elementos: la tierra y el cielo, los mortales y los dioses y como tal es el nexo de todos los nexos…”.


Estas reflexiones nos llevan inevitablemente a establecer una relación entre la descomposición del lenguaje hablado en Chile y el descenso sistemático del nivel de la educación. Porque ocurre que las ciencias cognitivas nos están diciendo ya hace tiempo que no se puede pensar sin palabras y por lo tanto, esa dramática pérdida de vocablos y en particular de sustantivos que estamos observando, sobre todo en nuestra juventud, va a conducir necesariamente a una atrofia de la capacidad de pensar. Y sin pensar no hay conocimiento ni creatividad. Y entonces cualquier aspiración que tengamos de llegar a ser un país desarrollado será en vano.

Dr. Otto Dörr
De la Academia de Medicina
El Mercurio, Sábado 19 de junio de 2010

jueves, 16 de diciembre de 2010

Caminates



Esperanza y Felicidad marchan por la ruta de mis pasos, se sonríen, comentan y detallan sus proyectos los que esperan concretar en una sólida amistad.

Esperanza ilumina el porvenir en tanto Felicidad destaca el presente y así ambas proyectan un sentido de permanencia y trascendencia lo suficientemente fuerte para proseguir la búsqueda.

Las observo desde mi ventana, es un día luminoso en donde el sol despunta y los brotes de los árboles recuerdan que la vida renace en primavera, es el tiempo de la fuerza vital que nos impulsa y para ello tanto Esperanza como Felicidad son una magnífica referencia.

Ellas me sonríen y asimismo respondo hacia ellas, mientras una mariposa revolotea en el jardín de la vecina amistad.

La Soberana Estupidez III



La Soberana estupidez decidió salir a la ciudad junto a sus lacayos de palacio, caminaron por las calles hasta apreciar una muralla blanca, sus acompañantes no lograron controlarse y corrieron presurosos a rayar, manchar y estropear aquél muro y alrededores, -la soberana estupidez aplaudía complacida-.

Complacidos por sus actos lanzaron gritos guturales, volcaron la basura, rompieron vitrinas y saltaron por los techos de aquella ciudad sin más objeto que responder a sus impulsos....

Llegada la tarde y saciados por sus obras la Soberana Estupidez se dió por satisfecha y volvió a palacio a descansar junto a su corte.....

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Desfile Tragicómico



Domingo 12 de diciembre, llego a santiago por vía terrestre, específicamente en bus al Terminal los Héroes, mi intención es abordar el metro y de allí llegar a casa, hogar, dulce hogar.

-¡Sorpresa!-, me encuentro en plena alameda frente a una verdadera marea humana, es una oleada que evoca a los pueblos trashumantes que viajaban en busca de nuevas localidades para el sustento y supervivencia.

Su avance es sostenido y decidido, mujeres arrastrando niños, coches con bebes, parejas, ancianos y adultos se desplazan por igual en esa suerte de travesía caótica, generando una procesión cuasi religiosa, los peregrinos desbordan, pisan, aplastan y siembran un ambiente extraño, una suerte de lemings rumbo al mar en los fiordos noruegos.

En esta ocasión no es la muñeca Gigante que dejó sobre 300 niños extraviados, toneladas de basura y destrozos, tampoco es el festejo del triunfo de algún equipo de fútbol que ha convocado a las tribus urbanas a exaltar e invocar a los espíritus del desorden, -no- en esta oportunidad el evento es otro aunque emparentado con los anteriores, se trata del “Paris Parade” un desfile de personajes ilustres del mundo infantil tales como: Popeye, Hello Kitty, Bob Esponja y tantos íconos de referencia para este público,con motivo de la navidad organizado por una tienda comercial.

Algunos forcejean por obtener una mejor vista e incluso traspasan la barreras dispuestas para la seguridad otros optan por trepar sobre los paraderos y se instalan en los techos para atisbar, es un real espectáculo de adultos desbordados, infantilizados, pues no son los infantes precisamente quienes evidencian estas conductas sino adultos y jóvenes que no logran un mínimo de autocontrol ante la sensación de “perderse” el desfile.

Los observo, sus rostros muestran sonrisas, destellan carcajadas e incluso cierto desenfado, la mayoría se alimenta de diversos productos ofrecidos por vendedores ambulantes, dejando una estela visible tras su paso; Basura.
Basura que se acumula ostensiblemente y se apiña en las esquinas, calles y prados, nada escapa a la maldición de estos personajes.

Mi caminar se torna dificultoso pues el avanzar implica una constante fricción con los caminantes que deambulan a destajo por la alameda, me pregunto; ¿Cuántos serán?, a lo menos unos quinientas mil almas que se desplazan sin más destino que rodear y seguir a figuras inflables, cual niño tras un volantín. Lo relevante es que los niños resultan ser los menos favorecidos, pues los adultos y jóvenes impiden una visión adecuada, tampoco son los niños los que gritan, saltan o trepan al contrario son sus padres quienes hacen alarde de un comportamiento que entra en abierta disputa con su prole.

Es la evidencia patente del momento que vive nuestro país, la vivencia infantil en extremo arraigada en supuestos “mayores de edad” quienes no trepidan en romper los esquemas predispuestos de seguridad, anular cualquier límite que impida alcanzar sus objetivos aún a costa de afectar a los demás y de paso demostrarles a sus hijos la ausencia de autoridad. Adultos egoístas, oposicionistas incapaces de asumir responsabilidades para si mismos (dudo que asuman tal tarea con sus hijos) y que rompen las normas a su entero amaño sin mediar lógica ni racionalidad.

En este contexto vale bien preguntarse; ¿Qué podemos esperar de los niños con semejantes padres?, realmente las dudas se acrecientan, en cada paso que doy por llegar a mi destino en medio del desfile.

Viajero



Al acostarme, miré por última vez la ventana y pude contemplar con detalle la noche estrellada. La luna destacaba entre los destellos titilantes de esas luminarias en el cielo, recosté mi cabeza en la almohada y me dormí sin mayor trámite hasta que el sonido de una campana me despertó, era la hora para levantarse.

Procedí presuroso a realizar mi baño habitual, luego a ordenar mi equipo para marcharme y cuando me encontraba en dichos trámites se presentó ante mi la mujer sonriente y me señaló que estaba invitado a realizar una práctica de Zazen, algo dubitativo le pregunté de que se trataba y ella me indicó: - más que palabras el zazen es práctica, por ello debes experimentarlo-, aunque con dudas, asentí decidido a constatar de que se trataba.

Fuí conducido a un salón especialmente habilitado, que ellos denominaban DOJO, una suerte de altar desplegado, con una efigie de Buda y asimismo una imagen del maestro rector de este grupo según me explicaron, allí estaban dispuestos además una vara de madera que marcaba una separación entre el altar y el mundo exterior.

Para entrar debía pisar con el pie izquierdo y luego con el derecho, saludar con ambas manos juntas a Buda y transitar en el sentido del reloj, rodeando las figuras centrales.

Todo eso era nuevo para mí, ese mundo de personajes minuciosos y disciplinados no dejaba de sorprenderme.

Luego del rodeo, debía buscar una posición, tomar uno de los cojines redondos que allí estaban dispuestos (que ellos llamaban Zafu) sentarme sobre el en posición de loto o semiloto, espalda recta, hombros caídos, palma izquierda sobre derecha con los dedor pulgares encontrándose en forma casi recta y el borde de la mano apegada a la cintura (a unos 10 centímetros bajo del ombligo),mentón levemente recogido y una mirada hacia el frente en un ángulo de aproximadamente 45 grados.

Así me encontraba mirando hacia la muralla, apenas atisbaba a mis compañeros, me preguntaron como estaba y señalé que bien, los demás estaban dispuestos y el monje regente inició el proceso, sentí una extraña tensión entre la postura y la posibilidad de que mi mente buscara una instancia más allá de la perturbación....

Los pensamientos son como nubes, debes dejar que pasen frente a tí, no las debes retener ni reprimir -sentenció la voz del guía-, así lo hice y proseguí mi incursión en aquél lugar..........

martes, 14 de diciembre de 2010

El Aleteo de la Mariposa


El aleteo de la mariposa del silencio
Culmina su viaje
En mi conciencia

El sueño
Culmina su viaje
En mi conciencia

Nuestros actos
Retornan
Como el eco

El sol del atardecer
Cubre la ruta
Prevista

La sonrisa refleja
Nuestra proyección
Del mundo

lunes, 6 de diciembre de 2010

El Viajero




En medio del camino, avanzando en la noche de luna nueva, la huella se marcaba plenamente aún en la hora nocturna,esto producto del mágico reflejo de luz por parte del satélite lunar y su señal de argento...

La marcha había sido sostenida sin grandes descansos durante la jornada, por ello cuando observé a lo lejos la iluminación de aquellos aposentos, me sentí atraído con fuerza por conocer a sus habitantes.

No había grandes protecciones en el lugar y sus guardianes eran unos perros añosos y obesos que sin embargo cumplían bien su rol de guardias alertas, pues de inmediato se percataron de mi presencia delatandome ante los moradores. Salió a recibirme una mujer sonriente, de cabello corto y vestida de negro a la usanza de los monjes o samurais, me dijo que aquél lugar era un templo de meditación y amablemente me ofreció la hospitalidad como sello de su inspiración. Acepte complacido y una vez adentro pude percatarme de lo sorprendente de encontrarme con un sitio como ese en las pérdidas laderas del valle.

Había un salón principal y aledaño a este la cocina, en donde dos monjes -un hombre y mujer- realizaban las labores de cocina. -Aquí puedes descansar-, me dijo la mujer sonriente, sus ojos eran claros, su dentadura plateada y mantenía una extraña mirada en donde observación y sonrisa parecían fundirse. Agradecí su oferta, pedí lavarme y beber algo de agua, ella me indicó los lugares y procedí a dicho fin, luego esta mujer desapareció.

A retornar, pude observar por la ventana central la hermosura de la luna en aquella noche, parecía un destello que realzaba su magnetismo, mientras apreciaba dicha escena entraron dos monjes; uno solemne y algo ajeno acompañado de otro más risueño y de aspectos amables, me invitaron a cenar con ellos, antes entonaron un cántico de agradecimiento que luego me señalaron era un sutra y procedimos a comer.

El silencio imperaba en aquél lugar, luego del golpeteo de dos maderos por parte de uno d elos residentes, la comunidad procedió a iniciar el reposo, asimismo procuré imitarlos e iniciar el debido descanso que añoraba.........