miércoles, 25 de mayo de 2011

Otredad



¿Quién es el tercero que camina siempre a tu lado?
Cuando cuento, sólo estamos tú y yo juntos
pero cuando miro adelante por el camino blanco
siempre hay otro caminando a tu lado
deslizándose envuelto en un pardo manto, encapuchado no sé si hombre o mujer
-pero ¿quién es quien va al otro lado tuyo? -

What The Thunder Said (lo que dijo el Trueno)
T.S . Eliot

Las líneas del autor relatan la travésía del Rey, quién deambula en senderos de incertidumbre tras la cura de su enfermedad. Es allí entonces, en la hondura de la vivencia extrema, vital que emerge la experiencia que encarna la otredad, esa dimensión de percibir al otro o lo otro, en su dimensión, aunque desdibujada la sensación que nos presenta el verso, se aproxima a una suerte de encuentro, revelación o iluminación........

En este contexto, vierto mis palabras, desde esta fuente y mi propia vivencia, testimonio la ardua marcha en ese sentido, tras la ruta diferenciadora del devenir en nuestro viaje:

Otredad, proyección de mi exterior
Sombra transmutada en alter ego
Anima o animus de mi interior
Encarnación de aquellos que deambulan en mi rumbo
Cara y sello de la moneda universal
Simple ilusión de voces extraviadas
Tiempo pasado devenido en presente
Actualización de sueños, ideales perdidos
En una soberanía vana, simple evocación
Delineada en los confines de la razón
Teñida de emoción lata, extensa, amable

¿Dónde te encuentras?, simple eco

No hay respuesta, silencio pétreo
Vaguedad de días sin reflejo
Alteridad, diversidad en un instante
Sendero de confrontación en el viaje vital
Mundo perdido que ilumina lo añorado
Desde la distancia del lenguaje
En misterio, en ataque, en luces sin mensaje
Donde te revelas sin la máscara convencional

Huella milenaria, códice de letras moribundas
No pronunciadas, apenas deletreadas
Por el hálito del olvidado paria
Que recorra tras las utopías prometidas

Otredad, mano amigable teñida de sospecha
Simple ficción de teorías sin salida
Camino que revela y espanta
Mientras las campanas resuenan en la campiña
Mientras la tarde se esconde en la apacible neblina
Del gris telón de nuestra ciudad
Con su inconfundible signo de uniformidad
Eres por tanto simple espectro, en medio de parabienes

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