Metarealidad y Matriz

Aquella “realidad” aludida previamente opera entonces como una matriz de múltiples entradas en el tiempo y el espacio sin una frontera específica respecto a lo que concebimos como límites tradicionalmente. En este sentido es importante recordar las palabras de Stephen Hawking: “El Universo no tiene Comienzo, es finito, pero carece de límites en el Tiempo espacio”.

Los intentos por asir y capturar dicha “realidad” tropezarán una y otra vez con la porfiada evidencia de constatar que siempre existe algo que queda fuera y que sin lugar a dudas eso mismo permite revitalizar la permanente búsqueda de los individuos en pos de trascender la mera apariencia y superficie para navegar y adentrarse hacia aguas no tan obvias y simplistas. La apertura por tanto de diversas entradas implica la capacidad de acceder desde diversas perspectivas, no obstante siempre debemos reconocer que son sólo eso es decir la percepción sensorial definida en torno a ciertas coordenadas, las que ubican y precisan el alcance de lo planteado.

La realidad resulta ser entonces un espacio que construyo desde mis capacidades a través de percepciones, vivencias, experiencias con mayor o menor rigor y “desde mí presencia y no desde una externalidad. Desde tal perspectiva podemos esperar que aquello con lo cual me identifico y que resulta y procede durante el desarrollo de nuestra existencia es también un correlato de cómo me instalo en un micromundo de complejidades e interactúo hacia dicha matriz permanentemente afectando y afectándome desde los actos llevados a cabo.

A partir de lo anterior surge la idea de interconectividad, sincronismo y coincidencias con las cuales no encontramos en nuestra vida cotidiana, es decir un vínculo más allá de lo meramente objetivo, racional y lineal que nos lleva a vincular nuestra existencia desde una vivencia integral. Es también resultado de esta apuesta, el rescate de nuestras propias creencias como motores de nuestros actos y asimismo como ejes de articulación y relación con la sucesión de eventos que van desenvolviéndose en nuestro entrono, es por así decirlo en lenguaje contemporáneo una “conexión en red”. No somos seres aislados, del mismo modo que se generan comunidades formales también existe un vínculo desde lo subjetivo que nos une y alimenta y es nuestra matriz común y que se remonta al inicio, a la finitud como sugiere S. Hawking y que nos proyecta hacia la infinitud sobrepasando la dimensión tiempo-espacio por una de carácter atemporal.

Todo relato contiene elementos de remembranzas respecto al primer momento, atisbos entre tinieblas y brumas que dan cuenta de un momento en donde “El verbo se hizo Carne” y con ello la expansión desde la instancia generadora impulsó nuestra propia conciencia con la cual en menor o mayor grado pretendemos alcanzar infructuosamente el dominio de la Metarealidad.