viernes, 24 de junio de 2011

Fuego Bestial

Fuego lacerante
Te has enseñoreado de mi comarca
Tú acerbo quema mis entrañas, desde la impía palabra enunciada
Dolor; tu hueste mortífera acribilla la corporalidad
Sin descanso, sin meditación,
La noche se extiende, lejos de la calma
Lejos de mi conciencia
Pues el consumo de energía, se esfuma en medio del azufre
Cuerpos deambulan; son filas de itinerantes que caminan a rumbo perdido
La misma esquina, el mismo lugar
Donde el acecho de la maquinaria levantó la columna
Desde el mismísimo cielo
Aquél que prometía salvación
Ha tornado nuestro espacio en el averno
Turbación, extravío y maldiciones
Son los cantares que acompañan a la multitud
La vieja calle destruida, la muralla corroída, las ventanas sin visión
Entre escombros; cuerpos inertes
Transfiguración de vida a muerte
Severo incendio que consume
Destello fulminante que sentencia la condena; que se eleva entre clamores y desgarros
Asfixiante padecer que carcome ahora y por años nuestra esencia
Mientras el pesar de los pequeños se desploma en su mirada



¿A quién le importan esos cuerpos?


Apenas un instante, una sensación
Mañana será otro día, mañana será otra voz
La de aquellos acerados que hirieron mortalmente
Los vencedores del fuego, del plomo, de la maquinaria
Quienes descendieron con sus parabienes en medio de la tormenta

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