martes, 16 de febrero de 2010

Reencuentro


He llegado al fondo de la encrucijada enfrentándome con mis temores guardados durante años. -Allí está cada sentimiento de error, vergüenza, tristeza, sensaciones varias que construyeron con el tiempo mis vulnerabilidades expresadas en actos cotidianos, muchos de ellos inconcientes o automáticos que sin embargo fueron mis fieles acompañantes embozados…

Aquí me encuentro en esta tarde, proyectados en mi sombra que he cargado como parte de mí, en el largo recorrido del viaje, de mi viaje por senderos, valles, vías posibles e imposibles; Por mi vida…

Hoy no tengo el afán de eludir nada, ni menos escapar u ocultarme bajo el manto de protección de algún talismán.
–No, nada de eso me parece válido en el presente-,pues ha llegado el momento de reconocerme en esta especie de alter ego, dibujado tras de mi realidad consciente y de actos racionales, dirigidos desde bambalinas. Se ha cumplido el episodio necesario y resulta imperativo trascender la historia reiterada e instalada casi como un sino ineludible.

Así, deberé mirar frente a frente a la encarnación de autoridad que me retorcía ante su fuerza y firmeza desplegada de forma incontrastable y que yo mismo sentía que me disminuía a niveles básicos, minúsculos presentándome casi como nada. De esa misma forma caminaré ante la oscuridad más carente de luz sin temor ante lo inescrutable, pues la sensación de abandono de la que me impregné tempranamente en mi infancia no me sobrepasará como antaño.

Allí deberé encontrarme también con la seducción de una imagen femenina que me hacía balbucear y desplegar las inseguridades ante la belleza, las dudas frente al merecimiento de ser amado y la posibilidad de entender el amor como un compartir sin ser superado por el inmovilismo que bajo la evitación me alejaba finalmente de mi amada o asimismo en el despliegue del sometimiento sádico hacia la mujer que anhelaba fuese mi compañera.

Los temores a contraer una enfermedad incurable, una sugestión nacida en torno a una infancia de credibilidad, inseguridad y atemorizamiento ante poderes ocultos que desbordaban mis certezas infantiles al llegar a mi adolescencia…..

Tantos días desgastados, tantas sensaciones y emociones labradas en torno a esta sombra fantasmal que ha sido mi fiel compañía en esta peregrinación de la vida, hasta llegar al instante en que debemos detenernos y entender que aquello proyectado nació desde mi persona.

En un espacio grato para el soliloquio, para la introspección vital que me llevará a viajar a lo más profundo que he caminado hacia mis vivencias para encontrarme con cada episodio, cada elemento deberá ser pulido cual “lapis specularis”, hasta permitir el paso de la unión, de la luz interna y externa, encaminándome hacia la unidad e integración.

-Siento el llamado-, es mi voz que retorna en eco desde mi internalidad, es el reflejo antes desconocido, es el momento propicio para buscar el encuentro en torno a un paraje que deleita y asimismo invita a levantar la mirada más allá del horizonte, hacia lo desconocido de mi propio interior inexplorado.

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