viernes, 19 de agosto de 2011

La Casa de la Bellas Durmientes

La novela Las bellas durmientes representa un verdadero viaje hacia ese mundo etereo que albergamos en nuestro interior y que vivenciamos en proyecciones como fantasías de universos paralelos, una suerte de sueño dentro de un sueño que abre puertas y ventanas de un tiempo ido y guardado en la estantería de los recuerdos remotos..


Una experiencia de sensualidad, debate entre razón y el deseo primigenio que lucha en su extinción, un quiebre con esa dura realidad como punto de partida hacia ese rumbo que en palabras del protagonista les pertenece a los ancianos:

" Ella había sido privada de todas sus defensas, en beneficio de su anciano huésped, de un triste viejo. Estaba desnuda, y no se despertaría. Eguchi sintió una oleada de compasión por ella. Se le ocurrió una idea: los viejos tienen la muerte, y los jóvenes el amor, y la muerte viene una sola vez y el amor muchas. Era una idea para lo cual no estaba preparado".....


El escritor Kawabata delinea entonces una suerte de contienda existencial que logra figurar en un vaivén de recuerdos y remembranzas del protagonista y en donde el sujeto termina permanentemente recalando en el presente. Por ello, en cada ocasión de visita en la "casa de las bellas durmientes" la sensación que va dejando está vinculada con el sino del ocaso y transitoriedad como mero recuerdo, simple anhelo de un pasado que lamentablemente (para el protagonista no volverá)......


"Pero Eguchi era un poco diferente de los demás ancianos que frecuentaban la casa. El viejo Kiga, al recomendarle la casa se había equivocado al considerarlo igual que ellos. Eguchi no había dejado de ser hombre.Por ello podía decirse que no sentía la pena la felicidad, la soledad y las nostalgias con tanta intensidad como ellos"

De tal manera el personaje logra derribar algunos muros de la agobiada existencia de los ancianos y aún piensa en adentrarse en el mundo de aquellos que experimentan, sienten y desean. Por ello, la transgresión de la regla de la casa estaba en su mente, de una manera permanente, cuasi obsesiva


"¿Estaría esta muchacha igualmente entrenada? Quizás debido a que había llegado a no pensar en los tristes ancianos que eran sus huéspedes, no respondió al contacto de Eguchi. Cualquier clase de inhumanidad se convierte, con el tiempo, en humana. En la oscuridad del mundo están enterradas todas las variedades de transgresión".....


El mundo de transición experimentado por el personaje, nos lleva ineludiblemente a enfrentar esa certeza con la que nacemos; morir, de allí que a ratos la vida del personaje tienda ineludiblemente a anhelar la muerte, pues quizás sea ella el destino del horizonte de los viejos y la única realidad en una suerte de lenta agonía agravada por los recuerdos de la época plasmada en el ayer.


Mientras, el dilema de Eros y Tanatos se actualiza en cada encuentro del protagonista al ser potencial amo del curso de la vida, amor y belleza de las mujeres que habitan la "casa" y que ha f ha sido limitado sólo para ancianos a la mera contemplación y evocación..


¿Que hacer en un mundo de ancianos?, esa parece ser la pregunta que emerge con intensidad en la vivencia del protagonista de la novela.. Pregunta que se respira con vivacidad en cada instante en que este piensa en atravezar la frontera de las normas que rigen la misteriosa casa de las bellas durmientes, virgenes encantadas y narcotizadas en un sueño profundo que hermana la fantasía e ilusión......

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