viernes, 16 de noviembre de 2007

La Bota Azul


















Muchas historias urbanas suelen surgir de episodios impensados, sobresalientes, que trascienden lo que esperamos, otras en cambio son la muestra de nuestra condición humana que viene a recordarnos sencillamente nuestro rostro más cotidiano, oculto y a ratos indeseado. La historia que a continuación relataré es una muestra de ambas, y se relaciona a un extraño suceso ocurrido en una comuna santiaguina de cuyo nombre no quiero acordarme. Los sucesos se vinculan a una suerte de aparición, poderes sobrenaturales y curativos sumados a la capacidad de ubicuidad por parte de un enigmático personaje que trabajaba en el mismo lugar en donde yo lo hacía.


En mi temprana infancia recuerdo haber leído el cuento de pulgarcito, quién al utilizar unas botas con particulares propiedades avanzaba siete leguas por zancada, dicho cuento es lo más cercano a la historia oída y de ella es lo que a continuación relataré.


Cierta mañana una profesional que llamaremos Rosimed solicitó permiso por una fuerte dolencia en su pie, el permiso fue concedido y la licencia igualmente cursada dada la dolencia en cuestión. Probablemente ustedes lectores se interrogarán donde se encuentra lo extraño de esta historia, más allá del preámbulo emitido al inicio, tan sólo diré; -calma, calma, ya vamos con eso-.


Tal como he descrito en las líneas anteriores, los días hicieron que esta sensible historia transitara sin mayores sobresaltos e incluso llevara a más de alguien a encomendar a nuestra simpática y amistosa Rosimed en sus oraciones diarias por su pronto mejoramiento y bienestar. Hasta que un día de esos que nos remontan a tiempos remotos, en donde espíritus, duendes y elfos suelen salir a deambular por la tierra dejando atrás una estela de diabluras y bromas facilitó el camino para que sobreviniera lo inesperado, el episodio quizás más sobrenatural y ligado a poderes ajenos a nuestras costumbres que haya oído. Fue una especie de lamento contenido más que frases las que emergieron de boca de una de las funcionarias en donde trabajo, tal como si hubiese sido testigo de una aparición del más allá o una suerte de visión trascendente, la luz blanca al final del túnel, los ángeles hablando o sencillamente una noche de susto después de ver una película al estilo del aro- imaginen lo que ustedes deseen, pues así de libre e inesperado fue todo-.


- ¡La vi, la vi!- fueron sus palabras iniciales y decidoras, -¿a quién?- fue la lógica respuesta de los espectadores, -¡vi a Rosimed! - afirmo poseída, ante la incredulidad de los oyentes ella remarcó:- la vi mientras hacía mis compras, caminaba en dirección de su consulta particular- ¿y su pié?, ¿no tenía una dolencia importante?, señalaron otros escépticos.

- caminaba, caminaba, con mucha soltura, tal como Kun Fu, por el desierto- se atrevió a bromear y luego lanzó su última sentencia: - caminaba sin bastón, pero atención llevaba una extraña bota azul en su pie- .


De pronto el pavor cundió por toda la sala, nadie se cuestionó el hecho de que podría ser una coincidencia, una suerte de bilocación (algunos santos tienen esas facultades y ella es de un carisma especial, creo yo….), o menos aún nadie escatimó de que en último caso estaba faltando flagrantemente a la ley, no, nada de eso es relevante, en estos tiempos todo eso es secundario, hoy con tanto cuento de magos, aprendices de nigromante, señores con anillos, dragones, transantiago, farándula y hasta ogros heroicos todo es posible, de allí que la atención de los presentes estuvo en los mágicos y ocultos poderes de la cautivante “Bota Azul”.


Desde ese día, algo cambió y no somos pocos (me incluyo en honor a la verdad) los que buscamos con ansia casi delirante la mítica bota, cual preciado Dorado a fin de aliviar dolencias tan variadas como : obesidad, reumatismo, dolor de muelas, baja libido e incluso para contrarrestar la idiotez galopante de nuestros gobernantes…..


De Rosimed poco o nada hemos sabido, salvo que sigue consumiendo abundante crema Chantilly y vistiéndose en Chantal. Desde ese día todos guardan cierta reverencia hacia ella y a su intrigante Bota Azul, e incluso he oído que ya se están organizando listas de espera y agendando hora con nuestra profesional para solicitar el uso de su prenda mágica. Hasta pedidos de provincia habría en este mágico mundo en el que vivimos.....Un altar, estampitas y toda suerte de amuletos se están ofreciendo..........


"Nuestras esperanzas están puestas en la bota, Chile superaría sus actuales males y seríamos portavoces ante la humanidad de la anhelada paz, trabajaremos por ello" (nota top secret encontrada en oficina de la Moneda).


Gracias Rosimed por tu Bota Azul, así un nuevo mito urbano ha nacido.......

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