martes, 22 de enero de 2008

La Presentación


Lucía impecable, tal como lo había solicitado, su vestuario destacaba por sobre los curiosos que se agolpaban para observarle. A través de cada paso pretendía imponer su prestancia logrando una cierta imagen de ídolo a ratos, en otros en tanto simplemente vacilaba y dejaba escapar un temblor visible a la vista de algún agudo observador……


Como si nada, el tiempo parecía resbalar a una velocidad cada vez más vertiginosa, los pensamientos se cruzaban en su mente e iban en diferentes direcciones, recordó los juegos en el barrio durante su etapa de niñez, la madre omnipresente, el primer beso durante el colegio, luego a su novia oficial e incluso las oportunidades por realizar un camino diferente al presente…. Todo aquello y muchas ideas más se agolpaban y crecían al interior de nuestro ilustre caminante, todo eso en tan sólo unos pocos minutos que a la vez se estiraban coqueteando con la gracia de lo frágil e imperecedero a la vez.


Más de algún comentario escapó por parte de los asistentes al pasar, él sencillamente los ignoró, su paso era decisivo. Había tenido la oportunidad de conversar previamente con el viejo consejero espiritual, preparándose para el futuro, este le había invitado hacia lo trascendente, del mismo modo algunos amigos le sugirieron el disfrute de placeres mundanos- después de esta vida no hay otra, aseveraron- finalmente su familia le había indicado que en toda relación el amor era lo más importante. – El amor, sonó como un eco interno, resonando fuertemente- se quedó meditando mientras marchaba- el amor- volvió a exclamar, jugueteó un par de veces con esa palabra casi como una suerte de talismán, luego prosiguió su marcha, las voces ya se escuchaban, el regocijo era parte del espectáculo que el animaría aquella noche, incluso la prensa tendría una cobertura especial e incluso a nivel internacional. El se ilusionaba, pensaba en cómo enfrentar ese momento y al público expectante.


De pronto en una esquina le invitaron a detenerse y doblar hacía el salón-extraña denominación pensó- la iluminación permitía apreciar el escenario nítidamente, los asientos repletos, cada cual conforme al protocolo exigido según la ocasión, así se podían observar; autoridades, periodistas, observadores enviados en comisión y algunos curiosos que deseaban presenciar el evento. Olvidó porqué su familia no se encontraba allí, tan sólo se ilusionaba, buscando la mejor forma de hacer su entrada, recreaba imágenes de su memoria reciente y apelaba al buen ánimo como un riguroso creyente, en sus ojos se evidenciaba la ansiedad de ese momento……..


Se sentó y con tranquilidad mística observó al auditorio presente, pidió quedarse de esa forma y evitar formalismos atávicos que no venían al caso, en ese preciso momento y sin más demora se oyó la descarga del pelotón de fusilamiento, luego el silencio fue total……………….

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