lunes, 22 de octubre de 2007

El Ministro

Es difícil ocultar el malestar cuando la agresión se ha presentado, cuando la sutileza de la serpiente ha logrado tocar suavemente la calma y estabilidad. ¡Ah!. Las malditas intrigas aparecen como nieve en invierno y no es necesario estar en Palacio para ser partícipe de ellas.

Por ejemplo, esta mañana ha venido a mí una de las empleadas a mi cargo , indicándome que la solicitud cursada para su contrato , después del período de prueba no ha sido aprobada, ¿qué se oculta detrás de todo esto? ,¿Quizás nada? , pero , no seré yo un ingenuo adolescente , ni mucho menos un inexperto trabajador, no sabré yo de intrigas, claro que sí y ya he sabido , bien sabido que existe una favorita a la que el delegado quisiera contratar , a fin de servicios extras por llamarlo de alguna manera. Las intrigas huelen, como huele un plato en descomposición, a simple vista observas el plato, miras y no hay nada, la sorpresa viene detrás, debajo, embozado cual ave de carroña para atacar, por la espalda, sí, por la espalda. Es ese un signo inequívoco; la traición. Todo bien envuelto como el mejor de los regalos, caminas tranquilamente, sin embargo probablemente eres cadáver, eres un hombre muerto caminando.


Frente a esto, que puedo decir, seguramente utilizarán la clásica estrategia de compensación, les explicaré, imaginemos un niño, sí un niño, ¿ no somos así vistos por nuestra jerarquía?, Inocentes e ignorantes criaturas venidas al mundo para ser guiadas y a las cuales de vez en cuando un regalo o un tirón de orejas no viene mal. Bueno, proseguiré, la compensación opera de la siguiente manera sabemos que alguien debe irse, no queremos hacerlo provocando ira, malestar, es decir no queremos encarar el problema, por lo tanto nos ataviamos de una máscara de cinismo en donde aparentamos que nada ocurre cuando es todo lo contrario, y sabiendo aquello entregamos incluso alguna recompensa, conozco el caso de un alto funcionario que fue el expositor central en un seminario ,representando a la institución un día viernes y el lunes recibía su finiquito. También conozco un caso donde a alguien le entregaron bendiciones y facilidades para un viaje y a la vuelta también adiós. En este caso ( el de mi empleada), parece ser lo siguiente; desean expulsarla , sin embargo quieren que no sufra tanto, algo muy típico de ciertas sociedades hedonistas ( queremos vivir y disfrutar pero sin sufrir), por ello de manera muy sutil ofrecerán una compensación, en este caso una prorroga que se plantea como un proceso para lograr el contrato definitivo, así parece ser, así parece, sin embargo la idea es que no haya tal contrato sino que al final se le finiquite sin mayores alternativas. Después de todo ellos dirán ¿no podrás negar que te dimos una oportunidad? . Todos sabemos que no es así, sin embargo observamos y acatamos mansamente.

¡Ah!, la conspiración, que dulce y mágica se nos aparece, resolviendo de manera impecable aquello que nos causa malestar y no queremos aparecer resolviendo mirándonos las caras. ¡ ¡Si, mis estimados amigos!, aquellas sociedades en que cuyos habitantes no tienen el coraje de enfrentarse valientemente frente a frente con los problemas cundirá perfectamente la
conspiración, aunque existan algunos que la liguen con cualquier organismo en donde el ser humano habite. Yo puedo decir que dicha tesis, aparece con una certeza meridiana, esto porque fundamentalmente la posibilidad de mirar a alguien y decirle lo que piensa ocurre igualmente en una organización, sin embargo ¿dónde está la diferencia? , entre decir o actuar posteriormente por las espaldas.

¡No existe una sola explicación! ,no obstante, la traición corresponde a una manifestación del género humano, a no dudarlo, una impronta que nos aproxima a ciertos pueblos antropófagos que he conocido en mi recorrido por el Africa, en donde sin mayores problemas los seres humanos se exterminan unos con otros consumiendo sus entrañas en un ritual que busca imponer su fuerza y saciarse en los enigmas y bondades de los difuntos. Aquí en nuestra República pretendemos obviar dichos acontecimientos, alejarlos, entregándoles una categoría fantasmal, nos planteamos incluso como referencia de civilidad, “La Civilización” frente al resto de culturas llamadas “barbaras”. No obstante amigos, los sentimientos están presentes, sí aquellos que morigeran y nos vuelven bestias insaciables, no con la obviedad del canibalismo, sino más bien insertos cual cizaña en el campo sembrado, arrancados ilusoriamente una y otra vez, sin más efecto que el fortalecimiento de su presencia en la siembra.

Ya han de conocer ustedes los acontecimientos históricos que rondaron la muerte de Julio Cesar, victorioso en la Galia, integrante del triunvirato, poderoso emperador y sin embargo aniquilado desde sus propias raíces , ipso facto, por Bruto . ¿Quién entiende a nuestra casta?, ¿los dioses?, mucho me temo que ellos se encuentren en riñas similares.

Ayer mismo, llamaban al bueno de Claudio a conversar, han reconocido sus labores en el frente, sus grandes cualidades de entrega, valor y fortaleza, sin embargo y en esto me imagino que ustedes han de ir adivinando ha sido removido de sus funciones en el frente sur de nuestras legiones aposentadas en el valle del Bernardino.

¡Más la lealtad también existe!, frágil como la vida, breve como las luminarias que observaba inflamarse y deshacerse poco a poco en los cielos . Existe tanto como la valentía, el arrojo, la amistad, y en ella sigo creyendo a pesar de cada oportunidad que se presenta para desmentirlas pues basta conque una semilla germine, para que podamos esperar que nuevamente vuelva a fructificar en los amplios campos de la humanidad.

- Divago - sé que mis palabras se asemejen a la brisa de verano, con su naturaleza frágil y pasajera en medio del calor que agobia y nos impide respirar. Más los interrogo ; ¿que referente tenemos hoy como respuesta frente a estos eventos?, ¿de que manera logramos responder, preguntarnos de nuestras conductas? Mírense unos a otros, y si encuentran a quien sea el nuevo Espartaco entregaré con agrado mis tesoros.

Es cierto, no vemos florecer la semilla de nuestras virtudes ciudadanas en esta gran ciudad atiborrada de tribunos ansiosos de castigar, sancionar y reducir a nuestro pueblo como rebaño de ovejas. ¿Sin embargo, lo aceptaremos cual designio divino?, sin siquiera una muestra de malestar. Reconozco que tales pensamientos me han alejado de afanes más benignos, sintiendo incluso lejana la posibilidad de volver a su órbita. Más cada día que pasa en la República (como gusta decir el emperador), la insidia anida con más fuerza, cual el ave en primavera, los apremios se multiplican, el saqueo de las arcas es cotidiano, los levantamientos en el área de los indómitos es un hecho y los que antaño creyeron ya no creen.

Reconozco que mi crítica podría ser vista por Senadores y Tribunos como una muestra de exageración, es más, como una falta de realismo y adaptabilidad a los tiempos que corren, una verdadera grieta que filtra la necesaria fortaleza que debe existir en un individuo de mi rango. Medito sobre lo anterior y tal vez no faltarán algunos que intentarían ligar dichos pensamientos como una abierta crítica al emperador y su entorno. ¡ Ja!, Que desafío y que deliciosa oportunidad para deshacerse del funcionario, “festina lente” me indico una vez mi padre mientras pescábamos en el lago vespa ,sus consejos basados en las historias que escuchó y sus vivencias en los tiempos del gran emperador lo deben haber aleccionado, no obstante sólo hace poco que he aquilatado sus dichos .


Mientras sigo, mis pensamientos emergen como búsqueda de expulsar los fantasmas, mis propios fantasmas. Me rodean, si al menos pudiese tener la claridad del gran filósofo para poder enfrentar esta situación descansaría en paz.

Se que pronto han de venir por mí, lo sé pues las advertencias aunque sutiles se encuentran presentes. ¡Ja!, apenas una exclamación en medio de esta neblina que nos aplasta, pronto, seré el próximo en contar con él honor de la traición y no habrá compensación, tal vez solamente el vil engaño, una invitación a cenar como Aurelio y luego el fin. Tal vez me concedan el privilegio del suicidio, informándome antes del arresto y esperando que siga el camino del honor.

Mi mente se afiebra y no puede negar que todo lo anterior es una posibilidad cercana, sin embargo pudiera ser que también se agitarán los fantasmas para provocar el temor y así callarme mansamente como señal de súplica y sometimiento. Más vivir en el temor ¿no es acaso una muerte permanente?, no es el temor acaso una emoción que nos borra el futuro y quiebra el presente en pedazos que intentamos asir vanamente, no es el temor una fuerza que nos somete apagando nuestra mente, alma y corazón. En vano algunos pueblos se ufanan de su libertad, cuando tiemblan al primer trueno que cae desde los cielos , en vano el águila vive si teme volar cada día. Sé que la prudencia me indica otra cosa más no debe la semilla germinar para que así su fruto sea ingerido por otros y conozcan su calidad. Estérilmente portaría mi cargo si no fuese capaz de dar aquello que estoy preparado para dar, la naturaleza de cada cosa es aquello que nos distingue y hace particulares, mi naturaleza indica que debo servir y no ser servido, proteger y no ser protegido, aún cuando la traición ronde cual serpiente entre mis pies.

¡Jamás mi estirpe ha cedido! , - señaló, lanzando un grito desgarrado- ¿Por qué he de hacerlo yo? - se interrogó- Muy bien conozco a esos lobos para pretender ser un ingenuo, muy bien sé cuan frágil es la línea que separa la derrota de la victoria, para hoy día capitular. Reconozco que la lectura tal vez me haya apartado de la realidad, imaginándome tal vez el Elíseo de los latinos, o el Valhala o tal vez el mismo cielo de los cristianos.

¿Cuánto puede un hombre frente al peso de su tiempo? , me interrogo y no recibo respuesta.
¿Acaso ustedes la tienen?, ¿acaso los nobles la tienen? ¡Ja!, los Helenos dirían que nada se puede frente al destino, más los sabios dirán que es allí donde amo y siervo se distancian, pues el amo está obligado a estar a la altura de los tiempos y sus contingencias, bien lo dijo el maestro cualquiera puede estar furioso, pero, estar furioso en el momento indicado, de la manera indicada y con la persona indicada, eso mis amigos no es fácil.

La valentía término medio entre el temerario, quién no mide consecuencias y el cobarde que rehuye el desafío atrapado en una atmósfera de pesares y fantasmas que lo inhabilitan para cualquier empresa. Es la valentía la virtud que ha de prevalecer con la fuerza de quienes hemos venido a este mundo a dirigir, comandar, emprender batallas y conquistar nuevos territorios para ser realmente admirados y respetados por nuestros vasallos.

Nada más he de señalar entonces, ya que claro se ha expuesto este día para mí, el horizonte presenta las tinieblas y los excesos de quienes hoy gobiernan, siendo yo consejero adjunto del Emperador no puedo proseguir su camino, que no es mi camino y junto con ello estampar aquellos eventos que me trae el presente.


Advierto que cual tormenta, se ha de verter el infortunio, sin embargo mi vida valdrá por todos aquellos que no sucumbirán. Puesto que ya lo he señalado no se puede esperar y guardar silencio, sino que es en estos momentos donde se mide a los líderes……..
Mientras el tiempo transcurre observo las siete colinas que rodean la gran ciudad, nuestra gran ciudad, ¿hasta cuando estaré aquí? –Lo ignoro- más si se en que condiciones no deseo estar; temor, vileza, traición y deshonor…….

“Alea Jacta est” sentencio Cesar así reitero yo esta tarde de sol esquivo ante las oscuras nubes que se acercan…………………….

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