Por largo rato esperé por el bus que me llevaría al hogar luego de una extenuante jornada laboral....., sin embargo por más que me esforzaba por atisbar la venida salvadora del transporte, este no llegaba. A mi lado, un significativo grupo de individuos esperaba con la misma fe lo mismo, sus rostros golpeados por el frío y la modorra de una espera interminable les otorgaba una panorámica sombría, intentaban a ratos conversar, otros perdían su mirada hacia el horizonte con una mirada vana, eran sin lugar a dudas el fiel reflejo de los resultados del fracaso de un sistema ecléptico y aberrante , fruto de la relación incestuosa entre la vanidad más brutal con el desdén hacia la comunidad por parte de un grupo de burócratas que regentan el poder.
De pronto, sus caras sombrías mudaron a esperanza, y uno de ellos exclamó: - ahí viene la micro- con una alegría propia de un niño, que abandonado ve venir a la figura salvadora hacia el... En efecto, el bus se aproximaba raudo hacia nuestro paradero, de pronto me percaté que venía repleto, ante las diversas manifestaciones por que parara el chofer instintivamente obvió la mirada y prosiguió su marcha sin detenerse.. Nuevamente, las miradas variaron y se tornaron más opacas aún , algunos murmullos tímidos y luego el silencio más absoluto....
Era la espera en el nuevo Transantiago, era el nuevo medio de transporte que de alguna manera nos daba la bienvenida a la realidad...
Decidí entonces caminar, atrás quedaba el grupo y una larga fila que se elongaba cada vez más.... caminar sería mi opción esta vez, pues el sueño por un mejor transporte claramente se asemejaba cada vez más a una pesadilla.............
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