martes, 23 de octubre de 2007

Sorpresas y Levedad

De tanto en tanto, la vida nos sorprende con cambios en nuestra cotidianeidad causando más de alguna aflicción en nuestra existencia al instalar la incertidumbre como sello de nuestro ser…. Algo de esto es lo que me ha sucedido en los últimos días, esto dado la confirmación de la existencia de un tumor testicular y la inminente necesidad de una operación, para una posterior y segura quimioterapia.

Exámenes varios, idas y venidas entre pasillos de clínicas y laboratorios transitando por esa tenue línea de lo saludable a la enfermedad.
Preguntas invasoras emergen entonces, ¿a quién decírselo primero?, ¿cómo lo tomarán mis hermanos, padres y familiares?, ¿Dónde dejar los proyectos y actividades?, el trabajo, obligaciones en fin y en medio de todo la incertidumbre que crece como maleza, angustia, ansiedad y fragilidad junto con un ¿porqué? que solo encontrará respuesta en el proceso de este caminar….

Los días se vienen, todo se confirma y salvo un breve paréntesis dado por el largo feriado de septiembre mi vida comienza a enrumbarse de acuerdo a los designios médicos de chequeos, presupuestos y trámites varios… Llega el fin de semana largo, la fecha de la operación está definida viajo junto a mi hermano Álvaro rumbo a Curico a ver nuestro hermano Ernesto, días que servirán para tranquilizar mi situación… Confieso mi pesar durante el viaje a Álvaro, luego vendrá el turno de Ernesto días después con una emotividad significativa… En mi memoria quedan los festejos previos al 18 en el trabajo en donde tuve que dejar todo a medias y marchar a mis exámenes. Con una despedida a medias de mi amiga Marcia y mi jefa así mi presencia se va desvaneciendo del entorno, a lo lejos escucho los cantos a lo lejos mis pasos se pierden en la huella que me guía nuevos desafío.

Vuelvo a casa, es día martes los trámites seguirán mañana, concurro a trabajar media jornada y luego me retiro vendrían exámenes y luego ya es jueves así les cuento a mis padres, estupefactos e incrédulos, se sienten transportados en una nube, no creen, luego el cambio desfigurado en sus rostros y la resignación más que aceptación.

Mientras internamente me siento en una suerte de vendaval, en un ir y venir aunque con mi norte claro llevar a cabo la operación y proseguir. No mentiré respecto a los temores, dudas, ansiedad, lucha interna con la convicción, pasividad, entrega y convencimiento en el triunfo que habitaban dentro de mí, pues después de todo las emociones estaban allí y requerían manifestarse sin esa falsa apariencia de negación, estoy en fuego cruzado y si bien tengo confianza plena en que llegaré a mi trinchera también es cierto que en el intento puedo ser alcanzado por fuego enemigo.

Llega el día de la operación y junto a mi familia en pleno concurro a ser internado, un olvido de algunos exámenes me traerá más de algún dolor de cabeza con la enfermera. Finalmente paso a pabellón, proceso rápido y amable por parte de los funcionarios, al cabo de dos horas despierto la faena está concluida al menos en la extirpación e implante. Me encuentro bajo los efectos de la anestesia desde la cintura hacia abajo, pasará un buen rato hasta que mis extremidades recuperen movilidad y sea trasladado a sala. Luego en sala descansaré me someterán a un nuevo chequeo respecto al manejo de mi esfínter urinario para poder partir, antes eso sí aprovecho de comer. Llega el médico revisa las cosas y entrega la licencia, me da de alta y con ello me aparto de la primera fase, algo en mi interior respira con más tranquilidad y agradece a Dios por ello, lo que seguiré haciendo y reafirmando más aún de lo que había hecho previamente.

Al realizar el viaje, recibí un llamado de ella, mujer silenciosa e interesante que he estado conociendo durante estas últimas semanas.

Recuperándose

Una nueva fase se abre la operación cierra una parte y abre otra, por un lado el tumor ha sido extirpado, los designios de la biopsia y otros exámenes definirán los próximos pasos a seguir.
Lograr conciliar el sueño con una postura que no es la habitualmente acostumbrada, esa situación me causa cierta incomodidad, eso de estar en forma horizontal e inmóvil me altera sin embargo los analgésicos y calmantes hacen bien su labor aunque la primera noche me retorceré más de la cuenta para lograr conciliar el ansiado sueño..
Los días venideros pasarán en forma veloz, así ya el miércoles me encuentro preparándome para viajar a cumplir con un nuevo examen y el jueves una nueva entrevista.
Me radico por algunos días en casa de mi tía María Teresa, quién me acoge con gran calidez y afecto realmente estas muestras me han provocado una cierta conmoción, sobre todo a mí que debo reconocer peco a veces de una exagerada autosuficiencia aunque sin el ánimo de vanidad y orgullo vano que pueda interpretarse como una muestra de soberbia.
La reunión con el médico se da sobre la base de la evaluación del estado de la cirugía, aplicación de la hormona (día 28 de septiembre, no lo olvidaré a no dudar) que permitirá equilibrar y suplir la ausencia de su producción debido a los efectos de la extirpación testicular. El tema de la biopsia queda pendiente pues no tengo en ese momento el resultado, más tarde los obtendré con la constatación de un tumor de masa neoplásica mayoritariamente compuesta de un seminoma y minoritariamente de un coriocarcinoma, para clarificar dichos conceptos aún más concurriré a un segundo médico quién me precisará la situación y determinará derivarme a la Fundación para iniciar quimioterapia (3 ciclos por lo menos).

Esa misma tarde me reuniré con ella, el parque forestal será nuestro escenario y entre turistas, jóvenes, paseantes aprovecharemos de olvidarnos un rato del mundo entre caricias, besos y promesas de amor, luego iremos a comer algo aunque el ánimo es bueno mi salud no me permite mayores osadías me despido de ella en el metro a eso de las 10:30 hrs.

El sábado volveré a casa, descansaré y estaré preparándome para el día lunes para mi curación y posible sacada de puntos, un solo hecho entorpecerá mi planificación que corresponderá a una equivocación del médico en la escritura de mi licencia resultado un ir y venir con luces para el día martes, en fin a estas alturas del partido a veces no es sencillo sobrellevar todo así que opté por tomarlo con calma.
Hoy descanso, aprestándome para iniciar mis exámenes mañana y la reunión médica, pasado mañana.


Sentimientos y Pensamientos

Durante gran parte de mi registro he constatado mas bien el proceso en sí no obstante dicho proceso ha estado acompañado y como no de emociones y reflexiones en forma permanente.
Cuando algo así ocurre se produce la confluencia de sentimientos encontrados una parte cae en una suerte de recogimiento, perplejidad y por supuesto en una sensación de desnudez que sumado a ese eco de vulnerabilidad se traduce a ratos en impotencia, ansiedad y porque no en desolación. Sin embargo dentro de uno y al menos en mí también habita una fuerte contracorriente de calma, reflexión y acción tendiente a buscar combatir aquello que aparece amenazante esto sumado a una conexión de corte espiritual tiende a ir construyendo una suerte de sustancia reforzadora y potenciadora quizás emparentada con la resiliencia y sin lugar a dudas con la creencia y fe en que las cosas pueden ser mejor y más que eso que es posible luchar, caminar, sufrir y sobrevivir porque más allá de todo está una fuerza que te alimenta y nutre. Sumado a lo anterior encontramos la compañía familiar, que si bien en un primer momento sientes como una suerte de pesar por crearles este sufrimiento, muy pronto se transforma en la compañía de la manada, ese ir junto al herido, acompañar en el dolor, en la aflicción aporta más allá de que ellos también puedan sufrir pues te renueva tu pertenencia a ese círculo íntimo y con ello logra anclarte en el presente pero con una perspectiva histórica y de futuro. De alguna manera, ellos dicen míranos somos parte de ti y tu parte de nosotros, estamos contigo, fuerza, vamos a no caer, y eso ya sea con la mayor o menor proximidad constituye una fuente significativa de alimento anímico y que deviene en optimismo, confianza y por sobre toda agradecimiento, es el reencuentro de la tribu dispersa y tu eres el centro ellos oran por ti, realizan pequeños y grandes gestos, todo eso es de una significación y validez para uno invaluable.

En los momentos de soledad suelo pensar en lo que haré, asumo sí lo que no podré hacer más en ese campo es altamente necesario ser capaz de asumir cada evento como u n desafío y uno como el llamado al cambio, ahora bien existirán muchos elementos que jugarán como motivadores, apoyadores o sencillamente operadores del cambio en uno a ratos se suelen dar muchas recetas, lo que yo si puedo hacer es relatar mi experiencia, mi vivencia y quizás a otros pueda hacerles sentido o no.

Temor

En medio de un camino que aparece rodeado de ambigüedad e incertidumbre, emerge desde las sombras el temor, esa figura representativa de amenaza, ruptura, quiebre y por supuesto realce de nuestra finitud, de mi finitud. Es en esta hora donde ideas amenazantes emergen y ebullen, quizás como muestra que dentro de mí coexisten fuerzas diversas y por tanto opuestas. Así por un lado el optimismo, la voluntad de lucha y de seguir adelante se muestran claramente en un instante y junto con ello la sensibilidad, la duda, fragilidad y sensación de vulnerabilidad se instalan haciendo parte de una mezcla extraña entre niebla, amanecer, luz, oscuridad en mi vivencia a diario, me pregunto entonces ¿Qué será de mi?, ¿Adonde iré?, ¿Son legítimas estas vivencias?, ¿Venceré? y nuevamente comienzo con nuevas interrogantes ¿Como liberarme del temor? Y descubro sencillamente algunas líneas que aclaran mi caminar. En primer lugar la sensación de sentirse desvalido y amenazado, bajo condiciones objetivas representa una legítima expresión de quién posee conciencia, el temor es hasta cierto punto constatación de mi conciencia de fragilidad, de levedad de nuestro ser y de nuestra existencia, este hecho que habitualmente omitimos en la cotidianeidad y consideramos como nimio se realza al enfrentarnos con una adversidad y nos ayuda a dimensionar nuestra real naturaleza, debo asumir que ante el riesgo y la conciencia de el por nuestra parte valoramos nuestra vida y esta se eleva en su valor. Por otra parte la sensación de temor surge como una veta ligada a ideas prefijadas que conviven dentro de cada uno de nosotros como un esquema de vida que ante eventos van desarrollándose inclusive con cierta autonomía de nosotros, de esta manera debemos considerar hasta que punto asumimos y vemos nuestra realidad en base a la manifestación de emociones, actitudes, obviamente de nuestra parte cognitiva y también desde nuestra espiritualidad.

¿De que manera podemos enfrentar entonces una situación como el cáncer?; voluntarismo, racionalidad, temor, amedrentamiento, obsesión, pena, pesar, depresión, optimismo. En realidad un poco de cada cosa, una parte de ese universo que va constituyéndose de alguna manera en parte de uno. No negaré que he sentido el temor envuelto de ideas fijas, con atavíos de sugestión que me hacen pensar en la derrota, tampoco desmentiré momentos n de euforia y optimismo, no obstante más allá de todo aquello que señalaba debo destacar que siempre ha estado presente una sensación de calma y tranquilidad, no obstante la ambigüedad y vacilación con la que puede haberse manifestado mi vivencia frente a semejante situación.

Más allá de todo, la aparición del temor, ansiedad y angustia forma parte de nuestras emociones más elementales e instintivas ante la amenaza de agresión, persecución y exterminio entre otras. En el caso de una enfermedad como el cáncer, cuyo nombre en sí posee un peso contundente que silencia cualquier diálogo y por ello sentir esa suerte de escalofrío que recorre tu cuerpo no es gratuito ni accidental. Resulta lógico entonces asumir que nuestra mente comenzará reaccionar, junto con nuestro organismo frente a dichos significados.

¿Qué hacer entonces?; ¿obviar todo?, ¿ocultarnos?, honestamente creo que no, en primer lugar reconocerse asimismo con sus debilidades y fortalezas, ser capaz de asumirse como un ser temeroso, frágil cuyas emociones brotan desde la más pura y natural sensación de autoconservación. Sin embargo lo anterior no debe impedirnos descubrir además aquellos aspectos en los cuales debemos descansar y nutrirnos en esta difícil marcha es así como quienes somos sujetos de fe podemos articular un camino desde allí, el afecto y cariño de la familia, amigos, el amor de un ser querido, ese proyecto que nos motiva, en fin todas aquellas variables que para cada uno de nosotros puede ayudarnos a dar sentido y resaltar nuestra existencia. Respecto a lo anterior podemos hacer hincapié en situaciones particulares o universales así todo cuenta en este lucha, cada evento, recuerdo, sueño y motivación forman parte de los factores que nos ayudarán enfrentar el día a día.

Junto con lo anterior debo agregar que quizás por una espera más allá de lo normal o de lo deseado pudiese existir una percepción e interpretación de los acontecimientos como demasiado ambiguos, por ello es aconsejable contar con un cronograma definido y nítido de manera tal de ir paso a paso y con un conocimiento de causa por tal motivo resulta fundamental contar con un apoyo pertinente de parte de los profesionales que acompañen nuestro tratamiento.

Finitud
Pocas veces somos capaces de asumir nuestra transitoriedad y nuestra finitud, al contrario diría que vivimos en una suerte de cápsula con tintes de ensoñación que nos remiten a una visión de cuasi inmortalidad, por decir lo menos. ¿Qué ocurre con nosotros? Que nos impide aceptar nuestra naturaleza, que elementos operan que nos hace sentir al margen del mortal designio que se encuentra en cada uno de nosotros, no pretendo caer en un extremo opuesto y plantear una suerte de existencialismo a ultranza o nihilismo ad portas sin embargo la experiencia también me ha señalado que debemos marchar con conciencia en nuestra vidas y ser capaces de escapar a una suerte de hedonismo que anestesie nuestro espíritu crítico y realista. Estar presentes, ser concientes, ser capaces de realizar un insigh apropiado sin sucumbir en el estrés nos catapultaría a una acción más determinada y resolutiva, esto sumado a la creencia en un sentido trascendente estimo que potencia mucho más nuestra capacidad de enfrentar la adversidad y sus diferentes manifestaciones.

El hecho de centrarnos en una situación como lo es ser informado de una determinada enfermedad en un contexto de realismo, creencia y capacidad de asumir nuestra naturaleza mortal permitirá disponer de habilidades para enfrentarnos con decisión y determinación puesto que seremos nosotros mismos y no fantasías o supuestos los que estarán en juego, seremos nosotros de carne y hueso, conscientes y creyentes en asumir el desafío.
¿Cómo lograr aquello? será la interrogación lógica de muchos, de que forma puedo acercarme a ese nivel de conciencia, de estar en el mundo con realismo sin caer en el pánico por nuestra mortalidad. Todo esto será producto de un trabajo arduo, permanente y sistemático pues así cómo se ha de preparar un terreno para la germinación de la semilla del mismo modo nuestra personalidad ha de ser preparada para rendir de acuerdo a lo que se espera de cada uno de nosotros y por ello es una aventura digna de asumirse pues aunque delimitará nuestro quehacer de manera atingente asimismo entregará un sentido a nuestra vida, un norte en la navegación de nuestro existir.

En un día cualquiera surgirá un imprevisto y alguien dirá: ¿porqué a mí?, ¡es un castigo!, jamás me lo imagine, mi vida era calma y ahora esto, tantas manifestaciones que irán formando parte y agregando una reacción y nos ubicarán en el primer peldaño de lo que corresponde al despertar a nuestra verdadera realidad que corresponde a la finitud, solamente en ese momento nos encontramos cara a cara con ese elemento que habíamos obviado voluntaria o involuntariamente y que sin embargo se nos aparece para recordarnos la débil y tenue línea que separa esa normalidad en que nos encontrábamos de esta nueva realidad de enfermos( este es mi caso) a partir de ahí una nueva situación se instala y comienza a desenvolverse un segundo peldaño de este tránsito, en este caso corresponde al percatarse no sólo de nuestra finitud sino de que esta puede concretarse en el aquí y el ahora, esto significará el inicio de una verdadera lucha, lucha que nos llevará a enfrentarnos a fantasmas que irán surgiendo y que nos pueden paralizar así por ejemplo; el fatalismo ante la enfermedad, depresión, angustia, ansiedad, el temor expresado en diferentes formas, la pérdida de la fe o del sentido de nuestra existencia previa, el rechazo a lo institucional, alejamiento de familia, amigos, etc.



Viene la Quimioterapia

Los días han avanzado desde la operación a que fui sometido el 22 de septiembre… en realidad el tiempo ha sido un verdadero ir y venir de actividades que me han dejado la sensación de que fue recién ayer cuando me enteré de la necesidad de ser intervenido, luego los exámenes, fin de semana largo, operación, licencia, reinserción laboral, habituarse al ritmo y al acondicionamiento del organismo, chequeos médicos, residencia temporal en casa de mi tía y finalmente constatación de la necesidad de quimioterapia en dos ciclos (buenos resultados de los exámenes, Dios mediante), programación de la microcirugía para implante de catéter e inicio de la quimioterapia para el lunes 06 de noviembre.

Debo confesar que en medio de todo ese conjunto de fases y ciclos, he sido sujeto de un conjunto de sentimientos encontrados que me han mantenido en una suerte vigilia permanente. Es así que una vez superada la primera fase (o así lo pensaba al menos yo), devino una manifestación de angustia, ansiedad y temor reincidente, inicialmente se gatilló a partir de una situación de dinero respecto al pago de las sesiones de quimioterapia, eso al principio sin embargo en forma posterior comenzó a emerger todo aquello que en esa primera fase había quedado omitido, desde lo más doméstico hasta aquellos aspectos intrínsecos y a veces rebuscados entre razonamientos casi obsesivos.

De partida debo reconocer que el apoyo de manada que constaté en esa primera fase tendió a disminuir de manera gradual dándome la impresión de un estado de soledad en el cual me enfrentaba de manera solitaria ante una amenaza latente y aunque la realidad dictaminase otro juicio mi percepción no parecía cambiar fácilmente.

Es un momento donde comienzan a surgir todas aquellas concepciones derrotistas con tintes de desesperanza vital que hunden nuestro ser en una superficie de fragilidad, vulnerabilidad y ausencia de sentido. Se pierde el anclaje respecto a las certezas, trastocándose nuestra percepción respecto a cómo enfrentar el desafío que representa un momento como es el proceso de quimioterapia producto de un tumor cancerígeno. El impacto del lenguaje, el cargar con ser un paciente operado “de, ” y estar sometido a un procedimiento de erradicación de dicha enfermedad que en el imaginario colectivo es un símil a una suerte de huracán interno con efectos evidentes en lo físico, no es algo sencillo asumir dicho contenido simbólico, esa relación entre significante y significado me recuerda a Lacan desde donde liga que más allá de un vínculo lineal nos debemos referir a una etapa previa en donde encontraremos con contenidos de significación que apelan a lo “otro” esa instancia encubierta y cargada de un significado para aquél que es denominado o categorizado como “tal” o “cual”………

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